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11 marzo de 2025

Detrás de cada uno de ustedes (los catequistas), está presente y viva esta elección y vocación. Esta es una verdad fundante de nuestra identidad: hemos sido llamados por Dios, elegidos por Él. Creemos y confesamos la iniciativa de amor que hay en el origen de lo que somos. Nos reconocemos como don y como gracia. Hemos sido llamados para estar con Él. Por eso no nos entendemos sino en una estrecha relación con Cristo… y con el apóstol Pablo podemos decir: “… y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí…” (Ga 2, 20). De ahí que como catequistas deseamos permanecer en el Señor (Jn 15, 4) y cuidar, con la oración, nuestro corazón transformado con la gracia, porque es lo que tenemos para ofrecer y es en donde está nuestro verdadero “tesoro” (Cf. Lc. 12,34).

Con la Junta Arquidiocesana de Catequesis, les presentamos el resultado de un esfuerzo de atenta escucha iniciada en el año 2022, que implicó, por un lado, la mirada pastoral de los sacerdotes a la propuesta del programa catequístico bianual; y por el otro, la visita a las comunidades de los trece decanatos que componen nuestra vasta arquidiócesis, tan rica y diversa en experiencias y realidades. Como fruto del discernimiento de todo este camino, les ofrecemos, con espíritu humilde y esperanzado, los siguientes Aportes Pastorales para la Catequesis de Iniciación a la Vida Cristiana. Sigamos caminando y trabajando juntos para lograr que en cada encuentro de catequesis niños y adultos, junto a sus catequistas, experimenten el amor de Jesús y la invitación que nos hace la Iglesia a conocer, vivir y transmitir su Evangelio.

Al agradecerles todo lo que hacen por la catequesis, le pedimos de corazón al Señor que los rejuvenezca con su Espíritu, ya que la renovación de la pastoral y de la catequesis no dependerá “de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos” (DA 11).

+ Sergio Alfredo Fenoy
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
Junta Arquidiocesana de Catequesis

 

Enlace para acceder al documento

Documento_conclusivo_Encuentro_Laicos_2025-conv-1.jpeg

26 febrero de 2025

Luego de haber vivenciado este Encuentro de Laicos, estamos en condiciones de comenzar a reconocer nuestra realidad en la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz.
En esta dirección, las conclusiones obtenidas (enlace al documento) de los grupos de trabajo son sumamente valiosas, ya que se configuran como un verdadero punto de
partida para trabajar sobre todas las situaciones que han reflejado: fortalezas, debilidades y oportunidades.
Una certeza asoma en nuestra realidad arquidiocesana: los fieles laicos tenemos un desafío común: transformar la realidad desde Jesús y su Evangelio, a través de un trabajo pastoral misericordioso, inclusivo y sinodal.
Esta misión que nos une y define, sólo podrá lograrse si asumimos la corresponsabilidad evangelizadora como un signo concreto para avanzar en
este momento histórico: no podemos ni debemos ser indiferentes a la realidad actual, y mucho menos, desconocer la necesidad de transformación de la Iglesia y de la sociedad.
Como bautizados, y con la dignidad que nos confiere el mismo Cristo, estamos llamados a ser protagonistas activos de un cambio. Nuestro Papa
Francisco ilumina el camino cuando expresa: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. (…) Gozamos de un espacio de
corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de
las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que
carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos (…) sólo falta el deseo gratuito, puro y simple de querer ser
pueblo, de ser constantes e incansables en la labor de incluir, de integrar, de levantar al caído (…)”
Hoy debemos primar estos encuentros fraternos y revitalizar la experiencia del diálogo entre todos nosotros. “(…) Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo “dialogar”. Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente necesitamos dialogar. (…) El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos
darnos cuenta. (…)”
Como verdaderos “artesanos de paz, dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”, y en comunión con
nuestros Obispos y sacerdotes, los pastores que nos guían y acompañan, asumimos este nuevo camino con la certeza de que el Espíritu Santo asistirá nuestra misión.
Ponemos bajo el Manto de María de Guadalupe el camino emprendido.

Hacé clic en este enlace para acceder al Documento Conclusivo